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LaDy_Paranoia

CORREOS

CORREOS ¿Pero es posible que pueda ser tan complicado enviar 10 malditos folios?
Pues si señor, lo es.
Lo primero de todo es que para mi Valladolid aun es un misterio. Las tiendas y los bares les conozco al dedillo, lo mismo que los hospitales y los sitios turísticos de interés (para no variar).
Pero no se donde coño están aquí los MRW ni las oficinas de Correos. Aunque suene extraño es la pura verdad. Nunca me suelo fijar en ese tipo de cosas cuando voy por la calle (claro que siempre que voy por la calle voy pensando en las musarañas).
En Soria todo era diferente, por que en Soria está todo ahí a mano (Es como Barrio Sésamo, que tienes todo lo que necesitas, y sin moverte mucho: correos, bares, tiendas, MRW, estancos, farmacias, etc. Y todo es divisable desde la Puerta “la Dehesa”.)
Pero Valladolid no, en Valladolid está todo a tomar “pol saco”.
Así que busco en mi callejero “Oficinas de Correos” (y me salen como 7 u 8 repartidas por unas calles… que “Nisu” las conoce, al final ya creo saber cual es la oficina mas próxima a mi calle, y empieza mi labor…
Lo primero voy a comprar un sobre tamaño Dina4, a un Estanco por supuesto, (y digo yo…¿qué tiene que ver el correo con el tabaco?-- Por que no entiendo por que Tabacalera se hace cargo de esas dos cosas, tan diferentes: “ah claro, pienso, TODO VIENE A QUE LOS INDIOS SE COMUNICABAN CON SEÑALES DE HUMO, y ¿tal vez influye que fumaban la pipa de la paz ?---Aunque si lo pienso bien tampoco se que tienen que ver las llaves con los zapatos, y en todos los centros comerciales de Pucela, ahí están esas tiendas ferreterías/zapaterías, que te duplican las llaves al mismo tiempo que te echan una tapa al zapato… en fin! (paranoias de la Patri)” en fin, el caso es que compro mi sobre y subo a casa. Meto los folios, escribo la dirección, lo cierro y vuelvo al Estanco y pido que me pesen el sobre y me digan la cantidad de sellos q tengo que poner. Pongo mis sellos y pienso donde puedo echar yo semejante sobre. Le pregunto a la estanquera que si el sobre cabrá en la raja del buzón, y la pobre me mira con cara de susto, y se encoge de hombros… y claro, yo le digo:”entonces será mejor que me dirija a la oficina de correos, esta de aqu텔 (Y ni siquiera me acuerdo del nombre de la calle), “la de Huerta del Rey!.”
La estanquera me dice:” hombre casi es preferible que te vayas a la plaza Mayor, ¡si incluso te pillará mas cerca de la que tu dices!” (Por fin! Ahora se que en la Plaza mayor también hay oficina de correos).” Ah claro no había caído en esa” -contesto yo haciéndome la entendida”.
Así que pienso: que hago, voy camino del buzón (a ver si cabe el sobre) o camino de la parada de bus (rumbo la Playa mayor)-buzón- bus- buzón – bus.
Me decanto por probar con el buzón (¡¡ y error!!) en la ranura del buzón no cabe mi sobre. Así que salgo disparada para la parada del bus. Y Justo el bus está pasando (así que detengo a todos los coches para que me dejen cruzar y echo a correr haciendo gestos al conductor).
El conductor me para y yo no encuentro mi maldito bonobús. Media hora buscando en el bolso (ahí hay de todo: un mp3, un cargador de móvil, tres bolis, dos pintalabios, mil papelajos, dos llaveros, unas gafas de sol, unas gafas de ver, el móvil, una libretilla. Pero nada que el bonobús no aparece. El conductor ya se pone nervioso así que saco un Euro para pagarle. Y justo cuando me siento…¡que casualidad! el bonobús en el bolso de la cazadora (es para matarme- acabo de pagar el doble llevando el bono encima), me voy hacia la parte de atrás con todo el movimiento del autobús y al cabo de un rato me doy cuenta de que he perdido el sobre (me voy otra vez para adelante: con las consiguientes miradas de los pasajeros), y allí veo mi sobre, con tanto movimiento de bolso parriba y pabajo, lo había dejado sobre el salpicadero (y el conductor lo estaba mirando de forma rara: a lo mejor creía y todo que era un paquete bomba, por que fijo que con la cara de mala leche que tenia yo en esos momentos, podía pasar hasta por una delincuente).
El caso es que llego a la Plaza Mayor, y allí no veo ninguna oficina de correos, “caguen la leche, y caguen el sobrecito ya!”. Así que pregunto a un policía que andaba por ahí el hombre con cara de aburrimiento.
Me saluda (mano en la gorra) y me dice que en que puede servirme, le pregunto por Correos y me indica ya por fin donde esta la dichosa oficinita.
Así que llego y solo veo la bocaza de tres leones. Comparo la longitud de mi sobre con la de de sus labios, y nada! Que ahí no cabía. La puerta que estaba detrás de los leones estaba cerrada, me doy la vuelta y la cochera también estaba cerrada, allí lo único que había era una furgonetilla amarilla aparcada.
“¿Y yo como mando el sobre, madre mía?!.”
Pues me empecino en que el sobre tiene que llegar, así que le doblo como puedo, y le meto por la boca del León con la comisura de los labios mas grande. Me asomo por esa cacho de boca y veo que al fondo hay otro sobre exactamente igual que el mío y que no esta doblado.” Juer ¿cómo se come eso?.”
El caso es que miro por la boca de los tres leones y veo que en los tres hay sobres grandes.” Pero si es imposible!. Si el mío no cabía casi. (A lo mejor por el camino se estiran o algo”).
Me pongo a leer los letreros que hay encima de las cabezas de los leones.
Y joer con la niña pava esta!, no me doy cuenta de que acabo de echar la carta en la ranura de correo dirigido al Extranjero.
“Pues lo mismo cuando esté en Alemania la Repatrían y todo”.
Me doy la vuelta para irme a casa, miro para atrás y veo que justo al cruzar la esquina, la oficina de Correos está abierta. “¿Seré gilipollas?”. Me pienso si debo entrar, y decirles que recojan mi carta, y ya de paso miren a ver si he puesto bien la cantidad de sellos (que al fin y al cabo no me fío mucho yo de estos indios, digo de estos estanqueros). Y con la suerte que tengo seguro que cuando vuelva de Alemania al cabo de una semana me la sellan y me la regresan a casa, por que le faltan sellos. Y otra vez tendré el sobre en mi posesión y tendré que repetir la misma historia. O lo mismo he sido tan tonta como mi hermana, que una vez puso de Remitente a quien iba dirigida la carta, y en ese lugar puso su nombre, y claro se mandó así misma la carta (y lo peor de todo es que hasta la hizo ilusión y todo recibirla).
En fin que como no lleguen los malditos 10 folios, la próxima vez, cojo yo misma el coche y se los llevo personalmente, que acabamos antes (y de precio, entre sellos, sobres, autobuses y “repatriaciones” viene a salir parecido, por no decir igual)

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